La dura combinación de la ilustración y el cómic
Siguiendo la línea del artículo sobre la mancha y la línea ahora vengo a continuar hablando sobre el tema, pero en esta ocasión, me centraré en la ilustración y el cómic. Y la pregunta que quiero responder es:
¿Se puede hacer cómic mediante ilustraciones?
Seguro que habrás respondido que por supuesto que sí, pero, ¿Es lo más recomendable? En mi opinión diría que no, aunque siempre depende de lo que busques.
Según mi punto de vista, ilustración no es cómic, se pueden mezclar, pero no se llevan muy bien. Evidentemente es perfectamente posible hacer un cómic con ilustraciones trabajadas en vez de algo con dibujos más simples. De hecho, hay grandes ejemplos como Wormworld Saga, o la obra de Riccardo Federici, y encontramos mucho más en el cómic europeo. Pero creo que hay que saber mantener cierta distancia entre lo que es una ilustración y lo que es un cómic.
La esencia
La esencia de la ilustración está en una imagen. Las ilustraciones son obras muy trabajadas, con gran énfasis en el color, la luz o la anatomía. Una ilustración es como un cuadro, algo trabajado que queda muy bien colgado de la pared.
En resumidas cuentas, en una ilustración típica, podemos ver personajes con un elaborado y detallado diseño, realizando actividades bastante simples, como posar frente a la cámara y cosas simples. El autor busca transmitir sensaciones y emociones con su dibujo.
Por contra, en el cómic, la esencia es la historia, lo importante, es contar algo. La imagen está para ayudar a contar la historia en todo lo que pueda. En muchos cómics se pueden ver viñetas en las que sólo hay globos de texto, donde lo importante es lo que se está diciendo. Pero también las hay donde no hay nada de texto porque la historia se puede contar con imágenes.
El cómic es como un libro que se apoya con imágenes. De hecho, de ahí viene el concepto de “novela gráfica”.
Pero entonces, un cómic combinado con la calidad de una ilustración debería de ser, por lógica, lo mejor de lo mejor.
Reconozco que un cómic con el nivel de una ilustración, y es algo muy impresionante de ver, pero, hay que tener en cuenta la cantidad de tiempo que eso requiere y lo poco rentable que debe de ser para un artista desconocido.
Así que, si quieres hacer un cómic, plantéate esta pregunta: ¿Cuál es la prioridad en tu obra? ¿Publicarla cuanto antes, o ir haciéndola sin prisas y publicarla cuando esté lista?
Si lo que buscas es una obra perfecta entonces deja de pensar y dedícale todas las horas que puedas a cada página para conseguir la mejor obra que seas capaz de hacer.
Pero si lo que buscas es una publicación periódica, necesitas que el dibujo sea sencillo para poder cumplir con los plazos de entrega. Al final, creo que esto es lo importante de un cómic. No sólo contar una historia, sino ser capaz de que hacerlo en el tiempo que dispones.
Ten en cuenta también que cuando haces un cómic, uno de los dos acabará resaltando sobre la otra: el dibujo o la historia. Tu obra será recordada por la historia o por el dibujo, pero no por ambas, conseguir eso es muy difícil. Por lógica, si lo que quieres es hacer un cómic, pretenderás que sea recordado por la historia. Después de todo, para ser conocido por tu dibujo, mejor dedicarte a hacer posters, diseño de personajes, o artbooks.
Sí, se que sería muy bonito que tu obra fuese conocida por su gran dibujo y su increíble historia. Pero, responde a esta pregunta ¿cuántos cómics así conoces?
Por otra parte, creo que un cómic con un trabajo de Arte muy elaborado corre el peligro de acabar como una película de Hollywood: muchos efectos especiales y poco guión. Tanto en el cine como en el cómic esperamos que el guión esté a la altura de lo que nos entra por los ojos, y si no lo encontramos, acabamos sintiéndonos engañados, aun si el guión está por encima de la media.
Pero esta regla también existe a la inversa. Cuanto más malo sea el dibujo, mejor debería de ser el guión. Tal vez con unas críticas mordaces o por una trama diferente, pero se espera algo muy bueno…
Precisamente me viene a la mente el cómic de Shingeki no Kiojin como ejemplo de mal dibujo y buena historia.
Es cierto que un gran dibujo hace que empieces a leer una obra. Es el dibujo el que hace que agarres el cómic de la estantería de la tienda y lo ojees, pero, es el guión el que hace que te enganches y sigas leyendo (a no ser que, una de dos, o el dibujo es la rehostia y quieres más, o el dibujante es de tus favoritos, en cuyo caso buscas conseguir todo lo que salga de sus manos. En ambos casos, que la historia sea buena o mala te da igual)
Por eso, si vas a hacer un cómic, tienes que decidir bien la calidad del dibujo, ya que puede influir mucho a la hora de conseguir nuevos lectores.
¿Y tú, crees que Ilustración y cómic se llevan bien de la mano?, mi respuesta ya la conoces. Ahora quiero saber la tuya.