¿Cuándo está terminado tu dibujo?
Una vez, uno de mis profesores de Arte en el instituto, habló a la clase sobre cuándo el autor debería de considerar su obra finalizada. Recuerdo que aquella vez me resultó un poco rara la pregunta. Ingenuamente pensaba que claramente la obra “está acabada cuando no queda nada más por dibujar” Pero la verdadera pregunta que mi profesor estaba haciendo era ¿cuándo no queda nada más por dibujar? ¿cuándo puedes considerar que no hay nada más que añadir?
Responder a esta pregunta fue un poco difícil, y con el tiempo me di cuenta de que la pregunta era algo mucho más importante de lo que creía, de hecho, es una pregunta clave para definir tu estilo.
Cuando dibujas, es normal subdividir el trabajo en distintas partes (pelo, ropa, fondo, etc.) Y no consideras acabado el dibujo hasta que no tenga nada más que añadir a ninguna de las partes. Si por ejemplo, estás dibujando un árbol, el árbol no estará acabado hasta que no hayas dibujado el tronco, las ramas y las hojas. Y no te detienes hasta que se parezca a un árbol.
Pero, volviendo a la cuestión que me planteaba mi profesor, ¿cuándo el árbol se parece lo suficiente a un árbol? Siempre puedes añadir unas hojas más, o mover una rama de sitio, hacer más realista la corteza, o alargar un moco más el tronco. Al final, lo que la pregunta pretende es hacerte ver que siempre, siempre, eres capaz de encontrar una excusa para continuar trabajando en la obra. Siempre hay algo que se puede mejorar, siempre hay algo que se puede cambiar. Sólo tienes que dedicarles el tiempo suficiente para mejorarlo.
Y esa creo que es la respuesta:
El tiempo
Deberías de considerar tu dibujo acabado cuando la inversión de más tiempo no vaya a influir demasiado en la calidad. Sería como una gráfica en la que, a medida que avanzamos en el eje x, apenas nos movemos en el y. Por supuesto dependiendo de tu nivel y el tiempo que inviertas, la calidad final variará. Las personas más talentosas requerirán menos tiempo para alcanzar un nivel aceptable, y los menos necesitarán dedicarle mucho más tiempo. Si por ejemplo quieres conseguir hiperrealismo en tu obra, te resultará muy difícil si estás empezando en esto del dibujo.
A veces la obsesión por los detalles llega a ser tal que paraliza completamente el avance de la obra. Famoso es el reciente caso de Antonio López que tardó 20 años en hacer el cuadro a la Familia Real. Correcciones, cambios, arreglos, y a veces incluso vuelta a empezar. Evita este tipo de extremos, ya que el tiempo de realización es tan importante como la obra en sí. En una entrevista, Kenny Ruiz (Dos Espada, Soum, El Cazador de Rayos, etc.) dijo que lo importante a la hora de hacer un cómic no es hacerlo lo mejor posible, sino hacerlo lo mejor que puedas en el tiempo que dispongas. Por este detalle fue que Antonio López tardó 20 años en su cuadro. Como él decía, “no hay prisa”. En su caso, al carecer de tiempo límite pudo explayarse en detalles y correcciones.
He realizado una gráfica con unos ejemplos genéricos sobre la relación calidad/tiempo para ver más claramente de lo que hablo. En ella vemos los resultados de tres individuos, y marcado en cada uno, el punto que a mi parecer, deberían de considerar terminadas sus obras.
El verde alcanza una alta calidad en muy poco tiempo, tras lo cual apenas mejora por mucho tiempo que le dedique. El sujeto morado es el usuario más normal. La calidad avanza a buen ritmo hasta que, llegados a un punto, el tiempo invertido aporta cada vez menos a la obra. Y el tercer individuo, el azul, es quien necesita dedicarle más tiempo a su obra, pero es quien consigue mejores resultados a largo plazo. Si te estás preguntando cómo sería la línea de un novato, probablemente la forma de la curvatura sea igual que la del usuario azul, pero alcanzaría una altura inferior al verde.
Lo ideal es aspirar al punto en el que la calidad esté en lo más alto y el tiempo esté lo más a la izquierda posible. Es decir, buscar la máxima calidad en el menor tiempo posible. Por supuesto la curva variará dependiendo de cada persona. Algunos la tendrán con una forma más baja y a otros les alcanzará su tope muy pronto.
Conoce tu curva
Intentar averiguar la forma de tu curva de la calidad para así aprovecha mejor tu tiempo. Para ello, trata de grabarte dibujando de principio a fin. Una vez terminado el dibujo mira cuántos minutos le has dedicado y lo divides entre 10. Ahora tienes diez momentos que debes de consultar para determinar el avance de tu obra.
Esos diez cortes te dirán el ritmo al que sube la calidad. Ten en cuenta que la gráfica que te he presentado es algo genérico, no representa a nadie en particular, así que no te compares directamente con ella. Tal vez la tuya tenga altibajos, momentos en los que la calidad sube mucho, y otros en los que apenas avanza. Y esto se debe a que probablemente haya algún momento en el que te detuviste porque recibiste una llamada, necesitabas y al baño, o cualquier otra cosa. Lamentablemente esos momentos NO los debes de descontar en tu cálculo, puesto que también forman parte del proceso de dibujar. Todos recibimos interrupciones, a todos nos distraen, y todos necesitamos una pausa por descanso o por falta de referencias.
En conclusión, el tiempo que tienes que invertirle a cada dibujo dependerá de la calidad: cuando la calidad deje de subir, significa que ya has terminado tu dibujo
Ahora te toca a ti descubrir la forma de tu gráfica para conocer cuando estás perdiendo el tiempo. Espero que este truco te ayude a mejorar en tu dibujo y me gustaría que cuando hagas tu gráfica, la compartieras con todos.
¿Y tú, sabes cuando has terminado tu dibujo?