Cuando alguien pregunta ¿qué es lo que tengo que hacer para mejorar mi dibujo? Es muy probable que la respuesta que reciba sea que lo que tiene que hacer es dibujar mucho. “Dibujar mucho” es un concepto un tanto extraño ya que ¿cuánto es “mucho”?

Siempre he oído que para alcanzar la maestría en una materia se necesitan aproximadamente 10.000 horas de dedicación.  Esto es algo así como 8 horas al día durante 10 años. Para una persona media, dedicar 8 horas al día es sencillamente imposible. Sólo si trabajas como ilustrador profesional podrías dedicarle ese tiempo, pero precisamente ni tú ni yo lo somos. Nosotros, como personas normales, tenemos que lidiar con estudios y/o trabajo, por lo que llegar a esos números se hace imposible.

De todas formas, que no podamos dedicarle tanto tiempo no significa que debamos de dejarlo. Lo bueno es que basta con dedicar una hora al día para conseguir avances notables en un par de meses.

Mi caso personal

Yo era del tipo de persona que dibujaba cuando le llegaba la inspiración, y que cuando no la tenía, me ponía a jugar a videojuegos. Me alegra decir que, aún viviendo esa vida ociosa, sentía que cada día que no dibujaba era un día desperdiciado. Realmente me gustaban los días en los que terminaba un dibujo. Ese folio era la representación física del esfuerzo y la dedicación. Cada dibujo que hacía era un futuro recordatorio de, al menos, había tenido un día productivo.

Con el paso del tiempo me di cuenta de que mi dibujo avanzaba muy lentamente (aunque avanzaba) Así que me dije que si quería mejorar rápido necesitaba dibujar más. Mi problema es que dibujar me lleva mucho tiempo. Siempre he sido lento dibujando y tiendo a distraerme con facilidad si me encuentro con alguna traba (una postura que no encaja, una expresión que no consigo, una mano que parece otra cosa, etc.)

Ahora recuerdo esa época con un poco de horror. Pese a que dibujaba, lo hacía tan poco, que podían pasar cuatro o cinco meses sin agarrar un lápiz. Realmente entre dibujo y dibujo se me olvidaba cómo dibujar, y cada nuevo intento de volver frente al papel era como volver a empezar. Esto sólo ayudaba a que mi frustración fuera a más al ver lo poco que progresaba.

Llegó un momento en el que “definitivamente” me decidí por aprender de una vez a dibujar. Decidí practicar con algo que no dominaba mucho por aquella época: la anatomía femenina. Compré una libreta nueva y me decidí a copiar muchos dibujos de mujeres. Casi todos los días me ponía a practicar, y  no llegué a dominar el tema hasta que, casualmente, dibujé cien mujeres.

Esta especie de “reto” que me impuse me ayudó a dos cosas. Primero, a adquirir el habito de dibujar regularmente, y segundo, a mejorar el Gakugan, El Ojo del Artista. A partir de entonces estoy más acostumbrado a ver la vida con ojos más analíticos.

Sé un profesional

La diferencia entre una persona que dibuja cuando le apetece y la que dibuja porque tiene que hacerlo es la profesionalidad. Un profesional asiste a su trabajo todos los días, y lo hace porque es su obligación, llueva, nieve, tenga un resfriado o una lesión. Dibujar es igual. Hay que dibujar porque hay que hacerlo, se tengan ganas o no. Dibujar motivado es fácil, el verdadero dibujante lo hace cuando no lo está, y adquiriendo un hábito puede ser mucho más fácil.

Tienes que ser consciente de que necesitas como mínimo tu hora de dibujo diaria. No hace falta que sea exactamente una hora, o que tenga que ser todos los días sin falta. Al fin y al cabo no va a venir nadie a ponerte una multa si no cumples estrictamente. De hecho no pasa nada si algún día te pones a dibujar pero no sale nada. Lo importante de este paso es conseguir tu momento para dibujar: tu Hora de Dibujo. El día que estés una hora intentando hacer algo será un paso adelante para acostumbrarte a respetar la hora. Pero necesitas, y te lo repito, necesitas tu Hora de Dibujo. Tienes que mentalizarte de que debe de existir un hueco en tu horario exclusivo para dibujar, y cuantos más minutos mejor.

Lo más fácil es ser rutinario. Que ese momento sea siempre a la misma hora durante todos los días. En mi caso, ya desde pequeño me encargué de dejar siempre una hora o una hora y media para el ocio justo después del almuerzo. De este modo me relajaba tras las clases y después de merendar me dedicaba a los estudios. Afortunadamente nunca he sido de la costumbre española de dormir siesta. Así que a mí me resultó muy fácil encontrar mi hora de dibujo.

Tu hora del hobbie

Te lo voy a decir claramente. Dedicarle tiempo a dibujar significa dedicarle menos tiempo a otras cosas. Tal vez ya no tengas tiempo para ver esa serie nueva que te gusta, o tal vez no puedas jugar tanto tiempo a videojuegos, o tal vez debas reducir tu tiempo en las redes sociales. Si quieres mejorar tu dibujo necesitas tiempo, y debes de conseguirlo de debajo de las piedras si hace falta.

Antes de ponerme en serio a dibujar, yo tenía muchos hobbies. El Dibujo, los Videojuegos, los Juegos de Rol, los Cómics, el Anime, el Cine, los Wargames, las Cartas Coleccionables, perderme por Internet, los Foros, y algunos más que ahora no recuerdo. Actualmente sólo tengo cuatro, y por ejemplo, el Anime/Cine sólo lo veo tres horas los domingos. Dejar tus aficiones no es fácil, siempre me gustaron los Wargames, pero consumían demasiado tiempo, un tiempo que me resultaba más valioso si se lo dedicaba a dibujar.

No digo que dejes tus aficiones. Seguro que con organización puedes hacer muchas, pero abandona las prescindibles. Mi elección fueron las que menos me definían, pero para ti pueden ser otras.

¿Y tú, tienes una hora de dibujo ya establecida?