El pasado domingo vi el capítulo 8 de Shirobako. La serie narra el día a día en la producción de un anime mientras un grupo de amigas del instituto sueña con hacer su propia serie.
Tiene algunos capítulos interesantes, como por ejemplo uno en el que se discute sobre el futuro de la animación 2D en Japón a causa de la popularización del 3D, o la salida recurrente de hacer un capítulo recopilatorio cuando los capítulos se retrasan y no se terminan a tiempo.
En realidad la serie no es gran cosa, pero sabía que si esperaba el tiempo suficiente aparecería algo de valor, y así ha sido.
En el octavo capítulo, la mayoría de la trama se centra en una de las chicas protagonistas: Ema Yasuhara, ayudante de animación. Básicamente la chica trabaja dibujando montones de fotogramas. Desde hacía varios capítulos, una de las escenas que tiene asignada se le había atragantado y no era capaz de avanzar. Nerviosa e impotente, veía como los plazos de entrega se le echaban cada vez más encima.
Afortunadamente, tiene varios compañeros que se dan cuenta de su problema y consiguen ayudarla. Básicamente le dan a la chica tres consejos.
Márcate unas metas
La conversación con un compañero veterano es más o menos así:
El compañero se da cuenta de lo bloqueada que se encuentra Yasuhara y le hace una pregunta:
– Es importante poder comer, pero también es importante pensar porqué dibujas.
Tras un momento de silencio ella responde que “para poder vivir”. Al no ser la respuesta que esperaba su compañero replantea hábilmente la pregunta.
– ¿Por qué quisiste ser animadora?
– Porque me encanta dibujar.- Dice Yasuhara desanimada.- ¿Acaso no es suficiente?
– Poder comer haciendo lo que te gusta es increíble, pero tarde o temprano no será motivación suficiente, ya que siempre buscas nuevas metas. Cuando yo dibujo pienso que ojalá haga feliz a los niños.
Marcarse una meta. Así de simple y así de complicado. El ser humano se mueve por metas, y una vez que se alcanzan se plantea nuevas. El sueño de Yasuhara era trabajar de animadora en una empresa de animación, pero una vez que lo consigue, comienza a sentirse cada vez más frustrada porque carece de un nuevo objetivo.
Creo que la meta del compañero, de que sus dibujos sean queridos por los demás, es una buena meta. Esta meta no tiene un final claro, comienza y termina con cada dibujo, por lo que es muy fácil mantenerla durante mucho tiempo. Simplemente dibuja pensando que, ése dibujo que está haciendo, le guste a alguien.
Cuando yo he realizado encargos para otras personas, siempre tengo en mente que el dibujo guste e impresione al que me lo ha pedido. Es una meta que me resulta mucho más clara y motivadora que cuando me pongo a dibujar para mí mismo. Es cierto que, en un encargo, también hay cierta presión por la responsabilidad que tienes, pero motiva mucho dibujar para sorprender a los demás que simplemente dibujar para echar un rato.
Sal a despejarte
En otro momento del capítulo, el compañero anterior habla con otra compañera para que le ayude a Yasuhara. Ésta compañera le pregunta directamente a la chica si tiene algún problema.
– Mis dibujos “medio se parecen” a lo que quiero dibujar.- le responde Yasuhara.
Yasuhara ha alcanzado un punto de frustración en el que haga lo que haga, siempre lo ve mal. Se haya inmersa en una búsqueda de la perfección que la paraliza. En ese momento está tan ofuscada que lo único que hace es patalear. Parece una tortuga panza arriba que busca reincorporarse.
Como dicen en la serie. Lo mejor para quitarte la frustración es salir a caminar. 10, 20 o 30 minutos son suficientes para que vuelvas al papel con otros ojos.
Siguiendo el ejemplo anterior, si eres una tortuga del revés, patalear inconscientemente no te ayudará en nada. Detente, tómate un respiro, e intenta con otra estrategia. Tal vez balancearte sea mejor opción.
También existe un lado contrario. Yo lo conozco como “emborracharse” del dibujo. Sucede cuando llevas tanto tiempo con el mismo dibujo, que ya no sabes ni lo que haces. Al contrario que el anterior, en este caso te resulta imposible ver hasta los fallos más evidentes. De modo que avanzas sin darte cuenta de lo que estás haciendo.
Son varios los beneficios que produce salir a caminar.
- Primero que pones en marcha tu cuerpo y le dices que se prepare para otra actividad completamente distinta a pasar horas sentado.
- Llega aire limpio a los pulmones.
- Estiras músculos.
- Aceleras el flujo sanguíneo por lo que llega más sangre y oxígeno al cerebro, y te ayuda a pensar mejor
- Te rodeas de elementos completamente distintos a los que sueles tener a tu alrededor que te ayudan a que tu cabeza piense en otras cosas.
Tener la cabeza despejada te ayuda mucho cuando vuelves a la mesa. Ves el dibujo como algo nuevo y consigues ser más racional e imparcial.
“Aprende copiando y copia aprendiendo”
Lee bien la frase: Aprende Copiando y Copia Aprendiendo. Esto viene a decir que tu forma de estudiar debe ser copiando, y si no aprendes nada copiando, copiar no te servirá de nada.
Este tercer consejo que le dan a Yasuhara me parece algo muy básico, y del que ya he hablado con anterioridad aquí, pero que no se llega a aplicar.
Nadie nace sabiendo, por lo que copiar es algo básico. Sólo cuando has copiado, y por lo tanto analizado, muchas cosas es cuando puedes empezar a dibujarlas de cabeza o a desarrollar tu propio estilo. Tratar de hacerlo de otra forma es mucho más complicado y sólo te traerá dolores de cabeza.
Si copias sin aprender, limitándote a dibujar exactamente lo que ves, no aprenderás nada. Cuando se copia se debe de analizar, estudiar y asimilar lo que estás dibujando. De otra forma, no aprendes nada. Aprovecharías mejor el tiempo haciendo una foto, que seguro que así el resultado es más realista.
Y bien, estos han sido los tres consejos que le dan a Yasuhara en la serie. Me parecieron tan buenos que sentía que necesitaba compartirlos con vosotros. Estoy seguro que tarde o temprano aparecerá otro capítulo que de un mensaje tan bueno como los anteriores. Así que me mantendré a la espera.
Y ahora te pregunto ¿Y tú, estás viendo también esa serie?
